Existe un ingrediente secreto para superar el tremendo enfrentamiento social en algunas sociedades, como la española o la norteamericana, y que es el “toque mágico” de todas las nuevas tecnologías sociales de co-creación: es lo que en sociocracia llamamos el “ambos y más” (both and).
Su efectividad es tal que las nuevas formas de trabajo más horizontales han tomado, casi por unanimidad, el modelo sociocrático del consentimiento para la toma de decisiones.
El ambos y más se trata, en realidad, de un cambio en la manera de pensar, en la actitud ante la que se arrostran los problemas y que no acaba de entenderse. Mejor dicho: no termina de funcionar porque nos cuesta dejar de tener la razón en cualquier discusión.
Y, sin embargo, el último bienio de hibernación nos enseñó que, tanto en el mundo de los negocios como en la vida personal, que se fusionaron con el trabajo remoto, es más importante pensar y tocar como un músico de jazz que como un compositor o músico estructurado.
El ambos y más es el ingrediente secreto para ser proactivos y creativos en cualquier situación.
¿Por qué nos enfrentamos más y más?
Cada vez más, nuestra existencia se desarrolla a través del mundo digital. Si al descomponer el mundo natural todo está compuesto de átomos, en el digital todo está compuesto de bytes. Nuestro nuevo medio ambiente es un universo de ceros y unos. Algo así como la siguiente imagen
Douglas Rushkoff, en Team Human, nos alertaba de que desarrollamos algoritmos informáticos que avanzan constantemente para hacer que los seres humanos sean más predecibles y similares a las máquinas.
Esos algoritmos nos encasillan en ceros y unos a través de nuestras búsquedas, nuestros comentarios y publicaciones en las redes sociales.
Nada de grises, todo es blanco y negro. Los distribuidores de noticias más poderosos del mundo en el que se han convertido las redes nos afilian obligatoriamente a uno de los dos extremos. Nos refuerzan con nuestras propias convicciones y bloquean la discrepancia.
Lo que nació para acercarnos ha acabado por distanciarnos, por polarizarnos.
El peligro de la polarización
Hay otro factor que contribuye a la bronca permanente y tiene que ver mucho con el ego de cada persona. Hemos entretejido nuestra forma de pensar, nuestra mentalidad, con nuestra identidad.
Los ataques a mi equipo o mi ideología política son ataques hacia mí y hacia la imagen que tengo de mí mismo. Es algo que está alimentando, además, la nueva política y el recurso fácil del ataque directo.
De manera que la mayoría no acepta las diferencias sino que las combate, como explican los muy clarividentes vídeos que publica Jorge Benito en Youtube.
Ver el mundo en dos dimensiones nos enfrenta siempre a un falso dilema. Nos bloquea a intentar buscar mejores soluciones.
“Quienes solo ven dos alternativas tienen dificultades para ver a otras personas como a seres humanos. Solo ven sus ideologías. No valoran los puntos de vista diversos, por lo que ni siquiera intentan entenderlos. Quizá simulan respeto, pero no quieren escuchar, quieren manipular. Se ponen a la defensiva porque se sienten inseguros: su territorio, la imagen que tienen de sí mismos, incluso su identidad están en peligro”.
Stephen Covey
¿Cómo salir del enfrentamiento?
El problema no es otro que nuestra forma de pensar, lo que algunos llaman nuestro mapa mental. El mapa no es el territorio. Ningún mapa está completo, tampoco los mentales. Siempre hay algún punto ciego en nuestro razonamiento.
La solución tampoco pasa por el alabado consenso en el que todos renuncian a una parte para llegar a un acuerdo. Faltará el elemento emocional, el corazón.
Se resuelve el conflicto pero no se trasciende. Eso sólo se lograr con el ambos y más.
¿Qué es el ambos y más?
El ambos y más es ir más allá de cualquier idea preconcebida para alcanzar un gran reto, una solución mejor que la que cualquiera está pensando.
Juntos podemos hacer cosas que nadie podría predecir a partir de sus capacidades individuales.
El gran Stephen Covey, poco antes de morir, compartió su fórmula para lograr el ambos y más, que el llamaba sinergia, en un libro que no ha tenido el gran eco que merece: La tercera alternativa.
Hay cuatro condiciones para cambiar las reglas de juego del enfrentamiento:
- La autenticidad. El New Work requiere de trabajo interior, de autoconocimiento. Aprender a ver lo que hay debajo de esa fachada en la que nos escondemos. La primera condición es tomar conciencia personal de quién soy: un ser humano único, capaz de tener la independencia de criterio y de conducta. Eso es ser auténtico.
Para Covey es un “me veo a mí mismo”. La autenticidad no es la ropa que llevamos, ni el cargo, ni el uniforme, ni el coche que conducimos, ni el dinero que tenemos. Ni siquiera lo que nos dicen que somos. Autenticidad es ver nuestras luces y también asumir nuestras sombras.
El ambos y más comienza cuando veo que soy incompleto, que tengo puntos ciegos y necesito complementarme con la visión de otros. Desde la seguridad y la humildad.
No confunden su mapa mental con el territorio mental. Saben que tienen puntos ciegos, además de un potencial sin límites. Por lo tanto, pueden mostrarse humildes y seguros de sí mismos al mismo tiempo. Solo quienes reconocen que no tienen las respuestas van a buscarlas y, solo quienes reconocen su potencial tienen el valor y la seguridad de emprender esa búsqueda.
Stephen Covey
- Aceptar, cuidar y valorar al otro. Soy un ser único que trata al resto también como seres únicos. No son, por tanto, mis oponentes, ni mis rivales. Eso sólo es fruto de mis sesgos y mis miedos.
Tampoco hay necesidad de etiquetar, juzgar, controlar o cambiar a nadie. Si todos somos hijos de Dios, si fue creado de esa forma, ¿quién me creo cuando lo quiero cambiar? ¿Más que Dios? Deja de considerar a tus enemigos como cosas y míralos como seres humanos singulares.
A esta segunda condición para el both and la he etiquetado como el Respeto Básico Universal. La primera renta que toda persona merece es el respeto. Para Covey es un “te veo”, reconozco la singularidad que hay en ti. Es convertirse en un líder teal.
- Comprensión empática. Según Covey, es un “me acerco al otro”. Entiendo su problema sin juzgarle. Buscar deliberadamente puntos de vista diferentes en lugar de evitarlos o de defenderse de ellos. Al mirar a través de los ojos del otro, al ponerme en su lugar, veo su punto de vista. Entendemos lo que dice y la emoción desde la que se expresa.
A veces, sólo con escuchar, se consiguen grandes resultados. La otra persona se siente reconocida. Lo que más necesitamos como personas es sentirnos entendidos y valorados. Cuando nos escuchan, eso sucede.
Pasamos de tratar de imponernos al otro, a transformarnos juntos.
La mentalidad de Tercera Alternativa requiere la profunda seguridad interna que procede de una visión realista de mi mismo y de la capacidad de valorar los dones y las opiniones excepcionales que me aporta el otro. La mentalidad ofensiva es justo lo contrario: se alimenta de la inseguridad y del autoengaño, y deshumaniza a las personas que son distintas a nosotros.
Stephen covey
- Generar sinergia con el otro. Finalmente, el ambos y más, la magia de la sinergia, sucede cuando aprendemos y crecemos juntos hacia una solución nueva para ambos. Ya no es uno más uno igual a dos, sino un uno más uno que suma diez o ciento.
En definitiva, las cuatro condiciones para co-crear buscan una solución mejor de la que nadie haya podido pensar antes en lugar de quedarnos atrapados en un ciclo de ataques mutuo. Cuando uno no ataca, el resto deja de hacerlo. (Si no te convence, pasa algún tiempo en este juego y comparte los resultados).
Cuatro pasos para alcanzar el ambos y más
Es hora de practicarlo. Stephen Covey nos dejó su propio método para conseguir resultados extraordinarios, que resume en cuatro pasos:
1. el comienzo del viaje: preguntar
Todo viaje empieza con un primer paso y el Ambos y más comienza con una sola pregunta. Es la pregunta mágica:
¿Estás dispuesto a buscar una solución mejor que las que hemos encontrado cada uno por separado?
Lanzar esta pregunta a un rival significa muchas cosas. Hay muchos mensajes implícitos: no tengo todas las soluciones, te respeto, valoro tu diferencia, quiero ir más allá de mis ideas preconcedidas, rompo con todo mi pasado y te honro para comenzar un viaje juntos, que no sabemos a dónde nos llevará.
2. el destino deseado: definir criterios de éxito
El segundo paso es definir los criterios del éxito, cuanto antes mejor, de tal modo que nos entusiasme a los dos, o a tantas partes interesadas como estén involucradas. Por supuesto, hay que ir más allá de las exigencias de partida y no dejarse nada en el cajón (olvidado o evitado).
Así, comenzamos con una nueva visión compartida. Es el punto al que queremos ir. (Por eso en Sociocracia se dedica un tiempo a definir el propósito de la organización). Los criterios de éxito nos ayudan a definir cómo será ese destino. ¿Estamos dispuestos a buscar criterios que nos lleven a la victoria a todos? ¿Criterios que aún no hemos pensado? Un sí nos permitirá profundizar más.
Recuerda: Tantas ideas como sea posible, procedentes de tantas personas como sea posible y tan pronto como sea posible.
Covey dejó un checklist para pasar al tercer paso cuando todas las partes estén de acuerdo:
- ¿Participa todo el mundo en la elaboración de los criterios?
- ¿Estamos recogiendo tantas ideas como nos es posible de tantas personas como sea posible?
- ¿Qué resultados deseamos lograr realmente? ¿Cuál es la verdadera tarea a la que nos enfrentamos?
- ¿Qué resultrados serían una victoria para todos?
- ¿Estamos mirando más allá de nuestras exigencias iniciales con el objetivo de llegar a algo mejor?
3. Experimentar: Crear sinergias alternativas
El tercer paso es experimentar con posibles soluciones que nos entusiasmen. Como en todo proceso creativo, los juicios se suspenden y nos abrimos a ideas locas, radicales. Sin límites.
Un buen truco es combinar los argumentos opuestos para abrirnos a algo completamente nuevo.
4. La emoción: Alcanzar el ambos y más
La aparición de un Ambos y más nos inspira. Lo sabemos porque todas las partes han satisfecho sus criterios de éxito y funciona realmente bien. Nos inspira. Ha logrado trascender la guerra y lograr la paz.